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martes, abril 23, 2024

Verde me has dicho

Las maquinarias levantan los escombros, la gente hace lo que puede, hay niños y mujeres que no cesan de llorar. En la ladera, un campesino de sombrero riojano, sentado sobre una piedra muy grande, con las rodillas juntas, deja escapar la triste melodía de su quena al parecer de cincuenta huecos, como el marco de fondo de esta escena desgarradora: Lodo por aquí, lodo por allá; pedrones por aquí, pedrones por allá; palos gruesos por aquí, palos gruesos por allá. Las plantaciones de arroz bajo riego, las huertas, los potreros de ganados vacunos, el principal centro turístico de aguas termales, todos cubiertos de lodo marrón, de barro pestilente. Allí, cabizbajas están las personas quejumbrosas y llorosas, de rostros lastimeros. Un altoparlante llama a las personas a recibir algo de alimentos, de vestidos.

Luego del tiempo empleado para beber un poco de agua, que alguien trajo en botella plástica, el campesino de la piedra de nuevo entona; pero, además canta, quizá no a fuerte voz; sin embargo, la gente aglutinada alrededor de las casas maltrechas escucha con claridad: “Verde, verde me has dicho; ahora es marrón por capricho…” La gente mira alrededor, en efecto, nada es verde, todo es marrón. Alguien pregunta en voz baja: ¿Y cómo sabe este mozarrón tan bella canción? “Calla, calla. Mejor cállate amiguito lindo…” La voz chillona femenina que sale del altoparlante opaca al humilde cantante. El motor del cargador frontal aún más desplaza al artista.

“El par de candidatos debe ver en carne propia esta cruda realidad”, comenta una hermosa dama, que va de pasajera, que por el trabajo de las maquinarias está en la carretera conversando con los lugareños. Otro pasajero interviene: “Este suceso no ocurre al azar, por nada, por gusto. Es resultado de la deforestación agresiva de los pobladores de las cabeceras de estos riachuelos. ¿De dónde aparecen estos inmensos troncos? ¿De dónde proceden estos pedrones? Estas millones de toneladas de lodo marrón vienen de los cerros pelados de las partes altas. Como estamos desgobernados por más de un quinquenio en el tema ambiental, ahora estamos cosechando éstas colosales pérdidas”. Otro pasajero dice: “Ahora los candidatos hablan de explotación minera, petrolera, de apertura de nuevas carreteras por bosques vírgenes; es decir, con direccionalidad exacta a seguir convirtiendo en marrón el poco verde que queda de la región”

El grupo da la vuelta al escuchar de nuevo la conocida melodía, acompañada de su canción: “Verde, verde me has dicho; ahora es marrón por capricho…”.

“¿Esta canción no querrá decir el tema que estamos hablando?” “Vaya usted a saber”. “En ocho años tenemos este resultado, el verde convertido en marrón. Ahora, el que viene, si continúa con sus minerías, con sus petroleras, con sus carreteras por territorios de comunidades nativas, en realidad, se perfila un futuro por demás incierto” “Entonces ¿qué hacer?” “El que viene, que convoque a los técnicos de la región, a reuniones de trabajo, de planteamientos de las mejores propuestas, basados en el desarrollo humano, económico, científico, con profundo respeto al medio ambiente. Es que primero está la vida. La vida se desarrolla con agua, con oxígeno, con alimentos que provienen del suelo. Oh, alguien vive sin estos recursos. Que levante la mano”. “¿Y, por qué los candidatos no hacen estos planteamientos?” “¿Por qué pues?”.
Es hora de almuerzo de los maquinistas y en este silencio casi natural llega a los oídos la melodía del campesino, acompaña de su canción: “Verde, verde me has dicho; ahora es marrón por capricho…”

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