El hombre que está revitalizando la selva, necesita de los sanmartinenses para mejorar su labor…

Por: Lenin Quevedo

Ésta es una tarea para las autoridades que se vienen en la región San Martín y también para los empresarios privados que creen en la selva. Orlando Zagazeta, un héroe moderno de la conservación, quien vive durante seis años al interior del bosque de Cordillera Escalera, necesita de la ayuda de instituciones.

Desde aquel tiempo, él ha logrado devolver al interior del área de conservación regional un promedio de 800 especies, entre monos, sajinos, coatís, osos perezosos, entre otros.

Si bien es cierto hasta el momento, el Gobierno Regional de San Martín a través del Proyecto Especial Huallaga Central y Bajo Mayo ha logrado grandes avances en materia de dotar de un espacio e infraestructura a Orlando, existen aun algunas deficiencias.

“Aun no tengo un espacio como para poder administrar a las especies del bosque adecuadamente y sucede que muchos de estos animales cogen mi celular y hacen llamadas internacionales, o lavan la vajilla y la dejan en el río, es decir, no permiten que desarrolle mi trabajo adecuadamente”, refirió en tono de broma, burlándose de las urgentes necesidades que hoy tiene.

Lo que necesita en este momento de manera urgente es la colocación de una reja que distancie a los monos de sus objetos personales y puedan de esta manera ellos retozar en paz en medio de la naturaleza, sin ninguna interrupción y sin poner en riesgo a nadie.

“Todos los voluntarios que llegan hasta este lugar salen por lo menos con un par de mordidas; eso es parte del trabajo que ellos se ven obligados a realizar y para lo que vienen, pero aun así se necesita que el lugar se encuentre mejor cuidado”, refirió.

Según un estudio realizado por un ingeniero, apenas con 7 mil nuevos soles (una parte insignificante que los candidatos pagan para publicitarse, por ejemplo), se podría solucionar parte de las necesidades de este gran hombre.

Pero el apoyo que necesita es aun mayor. Este personaje que da tanto por San Martín, vive en una casa absolutamente inapropiada para el esfuerzo que hace. Es un deber moral de las grandes empresas asentadas en esta ciudad, aportar para que tenga un espacio digno.