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jueves, abril 25, 2024

Iniciación Mayor, Iniciación menor e Iniciación «Especulativa» (3)

Por. Lic. Christian Marquina Alván

Director de la Casa de la Cultural  – Filial Tarapoto

Decíamos que en la iniciación menor los participantes transitan un sendero de expectativas limitadas a lo personal y al desarrollo exclusivamente individual; sin embargo, aún con estas características de INMANENCIA (lo opuesto a la trascendencia) sigue siendo una iniciación real (no simbólica-especulativa o teórica) puesto que sus participantes practican, vivencian y realizan las disciplinas para la “restauración del estado primordial” y “el desarrollo del estado humano enfocado hacia su integralidad”; es decir, se esfuerzan por recuperar el nivel humano integral, nivel que ha caído en decadencia por las condiciones de vida antinatural de la civilización -por ejemplo: la decadencia física genética causada por la asimilación de sustancias negativas durante muchas generaciones (alcohol, tabaco, azúcares industriales, harinas blancas, carnes animales, grasas saturadas, etc.)- haciendo que en realidad gran parte de la población esté por debajo de la condición humana integral. Estas disciplinas de misterios menores incluyen por ejemplo el vegetarianismo, los actos devocionales al Ser Supremo y el ejercicio físico diario como la gimnasia psicofísica Yoga, o lo que la Escuela Sánscrita ha sido definido como los ANGAS (“ocho elementos básicos o reglas elementales en la conducta del ser humano que desee elevarse por encima de la condición animal”).

Sin embargo –a diferencia de la de la Iniciación Mayor con sus Grandes Misterios (que también incluyen indispensablemente la vivencia de las disciplinas menores) que permiten realizar estados SUPRAHUMANOS- los participantes de la iniciación menor consideran a estas disciplinas (vegetarianismo, etc.) como un FIN EN SÍ MISMAS, y de esta manera llegan a comportarse con fanatismo de las virtudes austeras que llega aún al ascetismo, imponiendo dictatorialmente este ascetismo en los demás participantes, todo por esa falta de Ideal Superior y visión estrecha de las cosas.

Es aquello que, por ejemplo, se vivía en el Budismo con el interjuego  entre los participantes del pequeño vehículo (hinayana) y los Discípulos del Gran Vehículo (Mahayana): “El pequeño vehículo (Hinayana, llamado a Veces «camino imperfecto»), acusa rápidamente al Mahayana de haberse separado de las virtudes austeras. El Pandit Haraprasad Castri ha hecho interesantes paralelos entre los dos Vehículos. La primera Escuela, dice él, es aquella que comienza las operaciones meritorias de los actos, para la absorción y el control del Alma Única; la segunda trabaja en ese perfeccionamiento, pero por el bien de los otros».

Una de las características de la iniciación menor es que sus participantes quedan en lo puramente devocional pues no aspiran a las realizaciones mayores del Gran Sendero (con sus grandes esfuerzos de transformación individual en función de la transformación social) ellos prefieren el aislamiento y se polarizan en su mundo interior y sus búsquedas interiores propias de hombres y mujeres ABSTRACTOS. Además esta devoción es resultado de haber buscado simplemente la solución de algunas de sus expectativas personales pues nunca han buscado ni puesto discipularmente sus expectativas en una Causa Mayor o en un Ideal Superior encarnado por el Maestro (Gurú). Es lo que tan bien ha ilustrado el Rector de los Colegios de Iniciación Mayor Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares cuando expresaba: “prefiero ser cola de León que cabeza de ratón” (representando el ratón las expectativas estrechas de la iniciación menor). Es así que –una vez que estas expectativas personales (de carácter espiritual o material) son alcanzadas, los participantes llegan al abandono de este sendero y de quien consideraban como su maestro.

Esto último ya ha sido clasificado por la milenaria Escuela Sánscrita cuando señala que: “existen cuatro tipos humanos que dedican culto a Dios: el que se encuentra en angustia, el que pretende un beneficio, el que lo hace por curiosidad del conocimiento, y, por último, el Sabio. Los tres primeros están dentro de la categoría de la Bhakti preparatoria: el otro en cambio prosigue en la Para-bhakti, que no está basada en las circunstancias exteriores o dogmas o ceremonias sino que proviene de una condición de experiencia interna. Naturalmente esta aspiración Superior solamente puede sobrevenir después de una Iluminación.”

                De ahí que una vez que “el que se encuentra en angustia”, “el que pretende un beneficio” o el que tiene “curiosidad del conocimiento” logran satisfacer estas necesidades gracias a los conocimientos de la iniciación menor, ellos abandonan este sendero contentándose con participar devotamente de los rituales de su creencia.

Esto último es remarcado por el Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière cuando menciona la vía del conocimiento propia de la Iniciación Superior (Mayor): «La vía del conocimiento (Jñanakanda), pedía obras que el común de los hombres era incapaz de realizar y la sabiduría de la Antigua escuela, era como virtud que el laico tenía muchas dificultades para alcanzar, y por ello se debía reducir a la fe.” (continuará)

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